lunes, mayo 05, 2014

Antología de Cuentos Bolivianos de Fútbol

Domingos por la tarde
FacebookShare on Google PlusTwitterHootsuiteLinkedInHootsuiteBufferCustom Sharing Tool
EvernoteOneNote
+TAG

Domingos por la tarde

Domingos por la tardePor: Ricardo BajoDomingos por la tarde: cuentos bolivianos de fútbol nació en un boliche vacío. Hace unos meses el colega Javier Badani organizaba un conversatorio entre Édgar El Chino Arandia y Adolfo Cárdenas en el mítico Bocaisapo. La charla se retransmitió vía internet. En el bar apenas estábamos siete personas y ahí me enteré, gracias a las oportunas y sagaces preguntas de El Chino, que el Alf había escrito hace muchos años un extraño cuento futbolero. —¿Te gusta el fútbol?, preguntó Édgar. Cárdenas recordó sus años de condena como arquero en los partidos infantiles, confesó su falta de afición por la pelota ya de adulto, pero se reivindicó trayendo de vuelta a la charla aquel cuento titulado El Apocalipsis relatado como un partido de fútbol publicado a finales de los 90 en su libro El octavo sello.

La conversación siguió por otros derroteros y me quedé pensando.
¿Habrá más relatos de fútbol en la literatura boliviana a ser “recuperados”?
¿Y si hacemos un libro con esos cuentos? Me puse en campaña y fracasé.
No encontré (por torpe y flojo probablemente) ninguna otra “perlita” como la de Adolfo.
Pero no de-sistí. ¿Y si mejor charlo con escritores y escritoras para que los relatos sean inéditos? Tenemos buenos literatos en Bolivia y un fútbol pésimo, me dijo un cuate.
¿O me lo dijo lo contrario? El caso es que volviendo a los viejos tiempos como editor de Fondo Negro me contacté con casi 30 escritores y escritoras de todo el país:
de Santa Cruz a Oruro, de La Paz al Beni pasando por Sucre, Cochabamba y Tarija.

Y así, sin prisa pero sin pausa se armó lo que el poeta Gabo Chávez (también participante con una hermoso ejemplo de prosa poética) bautizó como la selección nacional de las letras bolivianas: Homero Carvalho en el arco; Carlos Mesa y Alfonso Gumucio, de pareja de zagueros; Gary Daher y Willi Camacho en los laterales; Wilmer Urrelo y Claudio Ferrufino en la contención; Juan Pablo Piñeiro y Christian Vera, volantes mixtos; Mimo Pacheco de enganche y Edmundo Paz Soldán de punta solitario; y 15 más, de refresco, por si acaso.

El gol (y la literatura) es una consecuencia del buen hacer. Muchos de los relatos que forman parte del libro hablan de nuestros mejores años, la niñez despreocupada, juguetona y feliz. Ya lo dijo el español Javier Marías: “el fútbol es la recuperación semanal de la infancia”.
Pero también se transpira dulce nostalgia, pasiones y viejos recuerdos. Y una rara simpatía por esas derrotas que te persiguen por siempre, por las alegrías lejanas que volverán mañana, por aquellos equipos que ya solo ganan en nuestra memoria, por aquellas viejas escuadras
 (Stormers de Sucre, Bata de Quillacollo, Wilstermann Unificada de Potosí…).
En Domingos por la tarde (editorial El Cuervo) jugadores legendarios como Tamayá, Garrincha y Chichi Romero vuelven a patear pelotas como personajes de ficción; retornamos al Monumental de River para festejar un empate del rojo aviador; viajamos a los años 60 para averiguar el misterio del descenso de Bolívar; nos zambullimos en hinchadas enamoradas; nos olvidamos de los antihéroes y los villanos; resucitamos a nuestros abuelos y abuelas con el fútbol como vínculo; derrotamos prejuicios machistas a punta de balonazos contra todos los cristales.

Ciencia ficción, cuentos negros y policiacos, relatos de amor y humor, surrealismo (¿puede jugar un hipopótamo en un equipo de fútbol?) y un viejo olor a antaño y poesía, a patria, a Guerra del Chaco, a tranvía y chayñita, a futbolistas llegando a pie al estadio, caminando entre las multitudes.
Los goles y los libros están siempre ahí, esperando a ser gritados, esperando a salir de las librerías para ser leídos. Domingos por la tarde: cuentos bolivianos de fútbol se presentará el viernes 30 de mayo en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz; unos días antes también lo haremos en La Paz.

Fuente: La Razón

PD: Una frase aquí resume el cuento con el que participo: "La promesa". ¡Genial equipo! (Segundo cuento que publico acerca de fútbol, después de la antología Warikasaya. Cuentos stronguistas, Editorial Nuevo Milenio, 2008).

Reseña del Baile de los Dioses por Liliana de la Quintana

UN LIBRO QUE NO TE PUEDES PERDER

 El baile de los dioses
de Mariana Ruiz

 
Liliana De la Quintana

Bajo el sugerente título de El baile de los dioses, Mariana Ruiz nos entrega una novela juvenil, en la que Estela es la protagonista y tiene una gran misión.

Los dioses andinos antiguos han despertado y se han reunido para un gran acontecimiento. Se pronostica que algo sucederá. Estela prepara un viaje con sus amigos al Carnaval de Oruro, pero entre sueños y una realidad paralela, ve que no podrá asistir porque un amuleto forma parte de su mochila y una fuerza extraña la conduce por otros caminos.

Mallki es un joven de mirada extraña que será el guía de Estela en un recorrido mágico que tendrá una serie de obstáculos, porque alguien quiere impedir ese viaje.

Primero llegan a Oruro y luego pasan al Salar de Uyuni donde convocan a la princesa de la aurora Pachapaqariy, que les entrega un objeto que les permitirá cumplir con la misión que tienen. Les ayuda a transportarse por un camino mágico de hilos de seda, llegando hasta los chullpares donde solicitan la presencia de la ñusta Qoyllur, con quien Estela establece una conversación sobre el pasado que concluye con la tarea de ir a Copacabana para encontrarse con Choquechinchay, la constelación del jaguar celeste para despertar las fuerza del cielo.

Estela no comprende nada, no sabe cuál es esa misión. Es solamente testigo de las numerosas visitas que Mallki hace a otras deidades, luego de pedir el imprescindible permiso para hablar con ellas.

Los dioses se humanizan, visten la ropa andina. Las mujeres polleras vistosas y mantas de fiesta, joyas y dientes de oro. Los hombres igualmente portan ropa de alguna danza andina.

El viaje continua hasta que llegan a Copacabana donde está la “mamita”, la virgen de Copacabana, que es la antigua diosa del lago que originalmente se llamaba Pulimama.

Estela y Mallki se encontraron frente a una ciudad bajo el lago Titicaca donde habitan dos sirenas ancianas con caras de sapos, que luego de reprochar a Mallki  le dan un cilindro,  una especie de salvoconducto para conseguir hablar con la mamita de Copacabana.

Se dirigieron al altar donde la Virgen toma forma humana, deja a su niño y desciende hasta donde estaban ellos para establecer una conversación poco usual.

En este escenario aparece Pachacamac que le reclama por la vigencia que tiene ahora ella entre los humanos y la perdida de la antigua religiosidad. La mamita de Copacabana argumenta su solidez en el mundo actual y con ello también la supremacía frente a las antiguas deidades, porque afirma que lo más importante es la fe de la humanidad en la religiosidad.

Hay dos acontecimientos históricos que atraviesan la novela: la extirpación de idolatrías, y el baile del Taqui Ocoy. Ambos ocurrieron en la colonia  y se tradujo en la actitud de los curas que llegaron a América y ante la gran religiosidad de los indígenas, se generó una horrenda prohibición de que siguieran adorando a sus dioses, que ellos llamaban idolatría y que relacionaban con el demonio. Así destruyeron templos y  altares  y eliminaron toda actividad para imponer la nueva religión. Ante esta desolación, los pueblos andinos, como una forma de resistencia iniciaron una serie de bailes, el Taqui Oncoy, en los cuales deseaban rescatar y salvar a sus dioses.

Pachacamac  es el dios antiguo que encabeza el grupo que planea un baile en el que se castigue a la humanidad, en este caso representada por los paceños.  La reunión se realiza en un hospedaje de El Alto, donde van llegando los dioses relacionados con los fenómenos naturales, algunos vestidos como aparapitas. El baile de los dioses se inició con una serie de desastres naturales, lluvias excesivas, deslizamientos, anegamientos. Muchas personas mueren.

Estela al final y casi en un despertar inusitado sabe que su misión es salvar a la gente de las catástrofes que los dioses están desarrollando con su baile. Se ha desatado “febrero negro” con todas las consecuencias para la ciudad de La Paz.

Estela se reconoce hija de antiguas diosas que representan a las estrellas. Logra despertar a la constelación del jaguar azul en el cielo y con ello a todas sus hermanas para frenar la ola de desastres. Al verlas Pachacamac les explica que esto se debe a que los humanos están destruyendo a la Pachamama y que han decidido salvarla con la desaparición de la gente.
Las estrellas a modo de contrarrestar las acciones también inician un gran baile, de mucha fuerza donde Estela toma parte. Y en ese ambiente aparece Wiracocha, el padre de todos los dioses, que con su mirada reclama e interroga por lo acontecido.

Los dioses andinos ante esta gran presencia reconocen que no solo destruyen sino dan vida a la humanidad. Así también emerge de la tierra  Sachamama, la vida que les recuerda que nada muere, que todo se transforma. Que los dioses viven porque la humanidad cree en ellos y que si ellos destruyen al ser humano, también morirán. Con estas recomendaciones Wiracocha y Sachamama regresen a sus orígenes y con ellos los dioses retornan a sus espacios.
Estela se recupera en su casa y escucha a sus amigos que le cuentan sobre el desastre que ha ocurrido en La Paz. Al mismo tiempo recibe un regalo de un joven que ha dejado un amuleto en su casa.

El baile de los dioses es una novela que nos permite conocer a muchas deidades andinas, que nos acerca a la religiosidad desde otro punto de vista, que nos recuerda nuestro origen celestial y nuestra misión en la tierra, pero sobre todo que el ser humano es el gran constructor o destructor de su propio destino.

 
Título: El baile de los dioses
Autora: Mariana Ruiz
Ilustrador:  Pablo Ruiz Arroyo
Año: 2014
Editorial: Grupo Editorial La Hoguera
Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
1.a edición, 2014
Depósito Legal: 8-1-117-14
I.S.B.N.: 978-99954-51-39-4