sábado, diciembre 17, 2005
Te quiero
Te quiero en silencio explorando mi costado, de pie, ante mí, con tu mano fuerte y tus dedos suaves. Tus dedos entre mis piernas, concentrados. Mis dedos en tu boca, sujetos a aquél gajo de naranja que introduzco por sobre tu lengua, lentamente, como te introduces tú, lentamente, hasta que un golpe seco marque las vibraciones de mi estómago y tu boca me bese, habiendo devorado ya la fruta introducida entre tus labios. Te quiero cerrando los ojos a ese instante, tu cuello sobre mi cuello, en el lapso breve que precede al arrojarnos en el lecho, o peor aún, al ir abandonándonos. Te quiero, antes de partir yo, acomodándome el cabello o el vestido, dándote la espalda, para no ver tu rostro encendiendo un cigarrillo, al dejarme partir, como he querido, apenas con esta imagen y mi nada, allá donde tú y yo nos despedimos. (Ese lugar arrinconado, donde nuestras batallas poblaron tantos campos, llenos de mutuos muertos y de heridos).
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8 comentarios:
*suspiro*
furtiva y fugaz.
ay! mi señora cuanto deseo fluye entre sus frases, cuanta nostalgia... admirarla es insuficiente, loarla innecesario.
mis respetos y mis saludos: hermoso... hermosa, así esta mejor.
t-bone, un placer tus palabras... tus visitas
Amores y despedidas...
Un precioso post dedicado a alguien que tal vez debiera contestarte.
Te deseo lo mejor si regresas a esa tierra que tan presente está ahora en todas partes.
qué sugerentes imágenes, mar, me encantó. ay, los hombres...
claudia... nosotras somos las que gimen... y por las que hay que gemir
el placer es mío, y tiene usted razón es por ustedes que hay que gemir.
sí, pero el gemido del otro no lo conozco... excepto cuando gime conmigo.
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