martes, octubre 31, 2006

a dream

Un hombre me busca sin saber porqué me busca.

Una mujer me abraza intentando no soñar por mí.

Otros rostros, múltiples, borrosos, casi sin prestar atención, me miran o sonríen.

Lenta, no puedo saber exactamente qué es el tiempo. Agua de minutos, dejo pasar las horas y los libros.

A ratos estoy viva.

Gracias por haberme permitido soñar contigo. Un sueño de ti, de nos, de mañana.

Eso me ha traído hasta hoy, dispuesta, abierta, flotante.

El resto tampoco es real...

jueves, octubre 19, 2006

ella se ha ido

Desespero, en su hogar, acecha. Busca encontrarnos, a veces para siempre. Su casa está compuesta de espejos, niebla y ratas. Allí Ella, pesada, desnuda, con grandes mamas flojas, camina, observándonos, acompañándonos. Mirarle la cara a Desespero es siempre como mirar al propio rostro, pero con la sorpresa de encontrarnos extraños a nosotros mismos. Febril o vacua, nuestra mirada, cuando Desespero está cerca, no parece nuestra.

Ayer, esto quiere decir, antes, hace mucho, aunque recién me doy cuenta, Desespero me abandonó. Una ligereza inusitada, un sentir huecos mis huesos, gallardos mis pasos, me lo vino anunciando. Pero no fue hasta que encontré mi propio rostro en el espejo, que lo supe. Desespero se ha ido. Y una enorme necesidad de llorar abrazada a las mantas mientras llueve afuera se me vino encima. Un sueño enorme, relajadísimo, me invadió los ojos. Puedo volver a pretender estar triste, mientras las mantas tibias me rodean, mientras la lluvia tibia me protege. Como antes.

Igual, abandonar a Desespero es extraño. Tu rostro, luego de haber permanecido tan ajeno, es similar al rostro de alguien amado, perdido y vuelto a encontrar. Su hallazgo está presente en cada mueca, en cada línea. Ni a él, ni a mi piel, que sola ruega a por sol y brisa y helados, como un cachorrito humano, he sabido mirar con la debida atención, con el debido cuidado.

Hoy, la necesidad de descansar no contempla en ningún resquicio dormir. (Desespero, sentada sobre mi pecho, se encargaba de hacerme padecer el sueño). Hoy, la necesidad de vida me tiene caminando, temerosa, buscando el afuera. Sigo preguntándome si mis pasos son firmes. Y esa sola pregunta ocupa mi cabeza, sin necesidad de futuro ni pasado, esa sola inquietud avanza con mi día, ansiando tan sólo este presente. Hoy, Desespero se ha ido, y yo puedo avanzar conmigo misma.

viernes, octubre 13, 2006

pretendidamente ajena

Una miríada de pequeños corpúsculos en tregua con mi cuerpo, eso soy yo. No puedo pretender ser otra cosa: sola de piel, humores y vacíos.

No tengo, en ningún recodo, vacíos.

En mi vientre pululan legiones, en mi sexo brigadas, en mis conductos trillones. Números-infinitos-de-vida-ínfima/ Sagaces-crustáceos-de-mis-retinas/
Valientes-protectores-de-mi-gobierno. ¿Qué soy yo sin los etéreos que detentan mi equilibrio?
¿Quién, sino la informe amalgama de éstos, miles de seres?

Una y trina, si tres es símbolo para lo incontable. Una y muchas, si he de creer a mi otra-yo, la que aparece con las fiebres. Una y todas, completa en mí, con los que hay adentro mío, todo apenas cierto, todo apenas sujeto a creer que en algún lugar los límites se corresponden a aquellos que trazan mis sentidos.

Yo, constelación absurda, bordeada de mi piel, separada del resto. Yo, Gota de Universo ¿inmersa, quizá, en otro, Vastísimo, Universo? Yo, también en tregua con el todo que me engloba. También, como ellos, pretendidamente ajena.

jueves, octubre 05, 2006

para

Sentada sobre barro, mi madre levanta
Un hombre de barro
Para adorarlo

Ojos ciegos como perlas
Pies perfectos
Viril
Se eleva

Mi príncipe de alabastro no sabe elevarse
Cabe perfecto en mi abrazo
Duerme, no sabe prometer, descansa
Es mío hasta el asombro
Puebla mis mañanas
Canta

Recostada sobre mármol
modelo
Un niño de mármol
Para