El genial autor de Potosí 1600 y ¡Qué solos se quedan los muertos! (Ramón Rocha Monroy) tuvo a bien presentar este textito en la noche del 7. Por supuesto también tiene blog. Gracias Ramón!
Columna ROSALBITA
BUENA LECHE
Los secretos de Rosalba
Nuevo Milenio presentará hoy "Los secretos de Rosalba", de la escritora tarijeña Mariana Ruiz Romero en el auditorio de Los Tiempos a las 19:30. Un libro doblemente incitante pues se define como un recetario poético.
Incitante al menos para este servidor, a quien el disfrute de la mesa, de la cama, de los sentidos y de la poesía, jamás le fue indiferente.
Comencemos uniendo ambos elementos y tendremos un atributo esencial de la obra: la construcción de una poética en torno al arte de la cocina de una mujer que, al cocinar, se guía por olores, por recuerdos, y nunca mide la proporción de las cosas. Aquí tenemos tres nuevos elementos: esa poética es no sólo coquinaria, sino también femenina, y ronda, husmea, ramonea, rochelea –para rescatar dos palabras añejas—en una zona desaforada, es decir, fuera del fuero de la Razón, esa institutriz inglesa que todos tenemos dentro. Esto debido a que los olores, los recuerdos, la inobservancia del precepto de medir la proporción de las cosas son elementos propios de la intuición, de la premonición, de la corazonada, del pálpito, del sexto sentido, del ritmo y el metrónomo y el diapasón que las mujeres parecen tener alojados lejos de la cabeza, en la zona limítrofe entre el corazón y el sexo, donde hospedan la vida.
Ahora podemos entender la magnitud cósmica de la apelación inicial de la novela: "Rosalba –la protagonista—posee secretos, secretos tan amplios que no cabrían extendidos sobre las llanuras donde cultivamos el té, secretos tan profundos que ni al pie del aljibe podríamos extraerlos. Se hacen visibles, en especial, cuando ella cocina: comer lo que venga de los dedos de Rosalba es casi comparable a rozar los secretos del universo." Estas frases postulan una filosofía femenina del equilibrio, pues mientras los hombres fabrican teorías y praxis sobre la guerra, el poder, el dinero, la política, la geopolítica, la hegemonía, la ciencia, las mujeres creen con todo su ser que el gesto de Rosalba de tomar con los dedos una pizca, un escrúpulo de ají, de ajonjolí o de hojas de eneldo para redondear un sabor es tan importante para el equilibrio del universo como la ley de la gravedad o la energía atómica. A Rosalba que no le vengan con esos frutos amargos o insípidos de la Razón porque de inmediato los corregirá con el ají, ese redentor de sabores, pues redime sabores inciertos o disimula la ausencia de ellos.
Estos elementos hacen que "Los secretos de Rosalba" sean un libro único, pues ha sido escrito en una prosa ceñida, por una mujer en pleno uso de sus sentidos, en homenaje a otra mujer en la plenitud de la sensualidad de la especie, a través de una poética irrepetible, porque contiene esa información genética y cultural que Rosalba y Mariana recibieron de las míticas mujeres de su familia siria, criadas y educadas por y para el disfrute, como querían los viejos poetas y pensadores árabes, que vivían días de vino y rosas, milenios antes de que el Profeta irrumpiera alfanje en mano para imponer una religión de estertores, de inmolaciones y preceptos capitales. Y que Alá me sea leve.
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