¿Dónde, exactamente, se sitúa en nosotros la emoción? ¿En qué parte de mis talones, la avaricia? ¿Dónde en el estómago, la tristeza? Mis costillas podrían ser el espacio que escoge la alegría, para presentarse. Mis orejas, quizá, dibujan en sus arcos los recovecos de mi fidelidad. ¿Dónde, amor, sientes que me extrañas? ¿En tus riñones, en tu entrepierna, entre tus dos brazos, ahí, donde reposaba mi cabeza? ¿Dónde, madre, me recuerdas? El cuerpo, manifiesta y escoge, epitomiza y susurra, adentro suyo, todo lo que es, percibe, opina. En mi piel están mis temblores, en mis costados, mis afectos, en mis piernas, el apego voluble que siento por la realidad. Pero no toda manifestación es evidente. Aún desconozco qué hace mi estómago para licuar mi rabia, porqué mi espalda gime a veces, qué quieren decir los lunares de mis brazos. Aún no sé leerme toda. ¿Quién puede sentirse sabio, si no sabe, todavía, leerse? ¿Quién, verdaderamente, enterado?
4 comentarios:
buenas preguntas todas
lindo irse conociendo
ja! buenísimo, jermu.
no conozco muchas de esas respuestas, pero me gusta intentar adivinar algunas.
a mí me duelen los lunares de penita, las orejas de rabia se vuelven rojas, en los pies tengo escondidas las alas... entre las costillas también la felicidad y con la duda se frunce mi nariz.
falta saberse... y es bueno saber que nos saben.
exacto flacura!
Me gusta la reflexión!
Aprender a leernos y a leer a los que queremos...
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