domingo, abril 09, 2006

Consideraciones sobre "V" de Pynchon


¿Pero, quién o qué es V? A través de toda la novela, la inicial V emerge como un símbolo de algo a ser perseguido, cortejado y conquistado, algo a ser querido, poseído o reganado, pero nunca para algún motivo en especial. De acuerdo a los “episodios”, V podría ser una mujer misteriosa, que persigue deliberadamente el camino de lo Inanimado mientras el antiguo orden da en doloroso parto luz a los horrores y sinsabores de la Modernidad. Como una sirena, ejerciendo una influencia esclavizadora sobre hombres y mujeres por igual, ella parece contener en sí misma las fuerzas opuestas del estancamiento y la rebeldía en alambicada presión, apareciendo en momentos históricos de decadencia y revolución. Y aún así sus motivos son oscuros; e incluso su naturaleza e identidad parecen indeterminadas, como una partícula quántica que contiene en sí los secretos de la onda y la partícula, subvirtiendo cualquier intento de definición por el hecho de poseer propiedades indistintas. Al final, él mismo admite: “V era ya en ese momento un concepto enormemente disperso”. Amante, prostituta, madre, monja, mujer: aún cuando podría ser el Edén perdido llamado Vheissu, ella debe ser siempre considerada en términos femeninos. Como la exilada Shekina, o la mitad femenina de Dios que los gnósticos llamaban Sophia y los cabalistas creían encarcelada en la matriz del universo físico, V parece más una promesa perdida que una figura real. ¿Quizás, el hecho de crear a V fue algo maravilloso y maravillante? Es posible que V sólo sea una suerte de ilusión, que representa solamente al deseo mismo. Quizás nos lleva -como el impiadoso intento de converger dos líneas paralelas- a la búsqueda de la posesión de algo inalcanzable. O, para verlo del revés, es V el símbolo de las múltiples maneras en que los caminos se bifurcan y difuminan al irradiarse desde un punto en particular…

2 comentarios:

Mar dijo...

hermana fer!

Tonilo dijo...

Me parece muy afortunada la descripción de V...