Abres la puerta, hay cucarachas por todo el piso, muertas, y huele a encierro. “He estado afuera demasiado tiempo”, murmuras, mientras te pones a barrer.
Llegas y lo primero con lo que te topas son las cuentas sin pagar, lo segundo: con que te han cortado la luz. Hay tantas cosas rotas y tú vienes tan cansada que sabes que hasta no ver otro día no tendrás ánimo para enfrentarte a ellas. Así que no te queda otra que arreglar el primer colchón que encuentras hasta que te da hambre y decides salir, tras una ducha.
No quieres que nadie sepa donde estás o que llegaste, así que evitas el teléfono por un rato. Es un lunes –esa tu manía de llegar los lunes- y tu hambre combinada con la noche borrascosa te empujan a un café chico, de moda pero en estas circunstancias vacío, y tus ganas de gastar un poco de dinero y saciar tu apetito te empujan a pedir spaghetti a la gorgonzola. Afuera, llueve.
Sales corriendo a hacer cola para pagar todas las cuentas atrasadas, porque quieres luz y gas y una ducha tibia mientras escuchas a Drexler. Hasta más allá de las doce no te haces un espacio para comer un sándwich francés, antes de hacer otra cola y conseguir dos entradas para Sabina. Menos mal que llegaste a tiempo, son casi las últimas medianamente vivibles. Luego, sin querer llamar a nadie –pocos son los que te llamarían, en realidad- te metes a ver Old Boy (la escena del calamar vivo es impresionante como decían, el resto no) y luego tratas de comprar un poco para paliar tus ganas mal atendidas de comer.
Con el spaghetti y una vela como compañía, escuchas llover. En tu abstracción (eso que haces siempre, cuando tienes dos segundos de sosiego) no te das cuenta de que la calle se está inundando. Al salir, no podrás hallar taxi por un buen par de cuadras, y estás mojada, con las sandalias beige plataforma en una mano y el cabello corto humedecido, mientras sonríes feliz pateando el agua sucia. No está mal llegar así, después de todo.
Hay mucho en oferta, pero aquí no te dan ganas locas de flan como cuando estas en tu país, ni los yogures te parecen tan apetecibles. Además, cada trozo de queso vale lo que dos entradas al cine y si te preguntan, “cine o sardina” tú deberías responder, como el Gran Caín Cabrera Infante, que o cine o cine. Debe de tener algo que ver con eso de que la comida embrutece y el alcohol ilumina, debe ser algo como el alcohol, el cine. Antes de dormir con el estómago más vacío que lleno, seguro agradecerás al cielo y a la vida. Oportunidades de llegar así de satisfactoriamente a un lugar ajeno son difíciles, en verdad.
“Quizá” te dices, mientras te metes a la cama solitaria, “la cuestión está en saber llegar, como dice la ranchera”. Otra manía tuya, aparte de la abstracción, es pensar boludeces como ésa.
8 comentarios:
bueno, habrás eliminado la entrada, pero qué genial che! En cuanto a lo de Sabina, cruzo dedos porque falta un mes aún,pero ejem... dicen que viene... y como sí llegaron Pedro Guerra y Pablo Milanés y Kusturica... es probable che. besitos conmiseratorios
mira que yo también andaba algo envidiosa digamos, celosa... sabina no es para andar haciendo bromas; pero lo que hace que se me pase esta ligerísima envidia que siento, es ver la envidia que podría estar sintiendo, karloz!.. jaja.. mentira.
oye, dos entradas? una será para mí, no? digamos que es mi regalo de cumple! bueh, el pasaje me lo pago yo.
un abrazo mujer, y no te olvides escribir!!
a.
como negociemos el asunto de las entradas dependerá de tu habilidad jermu... y no me estoy refiriendo a la maldición turca por si acaso :)
saludos enormes
hey! yo estuve esa noche perdida de las guadas... me acuerdo además que él todo tímido no sabía si darse un beso contaba como prenderse... snif snif!
me siento algo responsable, si! pero qué se puede hacer cuando una chica quiere fumar y no hay puchos, y para comprar, debías atravesar a toda la gente de la guada, y con suerte lograbas entrar.
el pata consiguió mi pucho, muchos vasos de cerveza y ahora.. a su futura esposa! jaja...
bien por el pues.
pd. che, me equivoqué en el anterior comment, y el anterior a ese, los borré... jeje. para no hablar tantas sandeces.
jejej y bueno flaca, por puchos una wife y pasaporte de la UE... en realidad, el pata lo menos que puede hacer es pagarte los pasajes para que seas madrina de boda... jijiji
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