martes, septiembre 04, 2007

asistiendo a la llegada del amor

Me estoy preparando para el amor. Estoy aquí, casi quieta, acomodándome para el amor.
No hay flores en mi pelo, pero fulge una gota desnuda, que perfuma mis muñecas. Las piernas cruzadas, las manos en el regazo: ¡Estoy sentada para el amor! atenta, como un animal dormido bajo una luna tibia, robando cada gota de aire, avizorando cada espacio de cielo, esperando a ver la llegada del amor. Como la madre que supo, antes, el momento del quejido. Como quien, súbita, se apresta a recibir lo ya otorgado, la lluvia que se acerca, la marea que sube y se desplaza, la flor que brota y explosiona a darse. Como la violencia previa, sí, pero también como la tiesura de la estatua, un segundo antes de abrir los ojos, un momento antes de mirarte con sus ojos de piedra para saberte tan vivo como ella, tan al revés de ti, tan eterna que tu pequeña vida parece entonces inmóvil ante su mirada larga, como un instante antes de otro instante. Atenta al momento previo, aquél al que se asiste, a la hora azul de contraluz. Hasta que el amor rompa, y surja atrás del horizonte, como el primer rayo, la primera cosa iluminada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

BUENA DEFINICION DEL AMOR.

UN SALUDO

NEUROTICO AZUL

Mar dijo...

saludos don neurotico... q bueno que pasees