viernes, mayo 05, 2006

cualquier apetitoso contenido

Una redonda gota de materia se desliza en mi interior, pequeña y metálica. Las cavidades rugosas de mi ser la dejan pasar, balanceándola gentilmente de un extremo a otro de mi cuerpo. No hay nada más. Ella sola rueda a través del silencio, resonándolo. La imagino sin brillo, quizás porque su recorrido se me representa en tonos apagados: gira alrededor de murmullos rojos como la madera antigua, atraviesa huecos cálidos, oscuros como las sombras de la tarde. Duda entre un rumbo y los otros. Y está bien así. Sin esa gota, esa dureza ajena a mi cuerpo, yo apenas soy una vulva vacía. Carente de cualquier apetitoso contenido.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito , Mar.
Yo creo que somos algo más que contenedores: las gotas no saben de su existencia, como el mar es impasible ante el ahogado. Pero el naúfrago es más grande que el mar, porque SABE que puede ahogarse.
En tus palabras, es carne consciente que puede filosofar o "leer filosofía" o literatura o escribirlas o vivirlas...
Somos algo más que mecanismos reproductores: existe la conciencia, la consciencia y el amor. Nada que tú no sepas...
(Te leo y te sigo, aunque no escriba a veces por pudor).
Un saludo amistoso :-)

Oswaldo dijo...

Hola mar,

Al fin pude llegar a sentarme en un ordenador con internet. Me da gusto leerte de nuevo. No concuerdo con ibero. En fin, lo que describes prefiero imaginarlo que comentarlo.

Un gusto visitarte. Saludos y un abrazo.

Mar dijo...

ay ibero, yo ya estaba pensando que me tenías abandonada, un verdader gusto leerte de nuevo, lo mismo digo de ti oswaldo, un saludo

Unknown dijo...

una gota...no hace mar..sin embargo el oceano de vida solo late en el cuerpo de mujer
Saludos

Mar dijo...

gracias y un saludo para ti tb!