miércoles, julio 27, 2005

instante

Tres hombres mantienen una conversación, una niña los mira. La mujer por la que están reunidos se ha ausentado un momento: sus silencios son tensos, incómodos, la niña se muere por saber qué pasa por sus mentes, pero los hombres no saben decir sin decir nada, como sabemos nosotras. “Si nosotras fuésemos mudas -piensa ella- ellos sólo cantarían”. Uno es rico, el otro hermoso, el tercero fuerte. Un cuarto, joven, se pasea afuera, no puede entrar. La niña no ha llegado a la edad de servir, tampoco habla.
El primero en romper el silencio es el rico, le pregunta algo al fuerte, parece directo, pero sabe ser discreto en sus palabras. La característica de todos estos hombres es su habilidad en medir las palabras, por ello tienen cabida en la casa y el corazón de la mujer ausente.
Ella ya viene, el momento pasa. Los hombres han medido sus fuerzas, restará su actuar, apenas. La niña no ha llegado a la edad de saber quién gana, ella aún cree que la ganancia de todos es posible. La mujer sabrá, llegar, decidiendo.
(una noche en la tierra...)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La evolución por selección natural de la especie humana tiene un alto componente femenino.
Si no fuera por las elecciones de las hembras, nos pareceríamos aún más a los monos... :-)
Muy bien escrito y muy sugestivo ...hace pensar.