Pasan por mi ventana, una tras otra. No puedo decir, como Marco Polo “ellas son así y no de otra manera”, no puedo describirlas. Impávidas, podrían no existir. Podría yo pasar a través de un túnel oscuro, y ellas deslizarse sin complejas maquinarias atravesándoseles.
Pronto será así: yo deslizándome de un punto a otro, para salir sin más a donde me digo, quiero estar. (El azar de las ciudades perdido para siempre). Sin sospecharlas, sin olerlas, sin ver sus nombres pasar como manchas en la niebla. Vacía de ellas…¿ qué interés posible podrá deparar un viaje?
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