martes, noviembre 22, 2005

Esperas

Esta mañana me he levantado a preparar el desayuno, puse la leche caliente en la mesa, preparé la mantequilla dorada, saqué del horno el pan fresco, tibio y crujiente, coloqué una a una las tazas brillantes de limpias.

Sentada en la mesa no quise comer nada hasta que bajaran todos, pero la leche se entibiaba, la mantequilla pasó del dorado al amarillo, el pan se secaba, las tazas lentamente perdían su brillo.

La leche se enfrió, la mantequilla se hizo rancia, el pan se hizo duro, las tazas se cubrieron de una fina capa de polvo. Ellos no habían llegado, aún.

La leche se hizo cuajo, de a poco la mantequilla se volvió nada, el pan fue cubriéndose de motas verdes, las tazas no tenían ya tonos irisados.

Ya no hay leche, ni mantequilla, ni pan. Las tazas están inmóviles bajo una espesa capa de polvo y telarañas.

Cansada de mirar fijamente a la mesa, quiero observar mis manos, pero mis ojos están secos, y no me es posible.

(2002)

12 comentarios:

Vero Mendizabal dijo...

la espera a veces puede ser infinita y brutalmente cruel...

sentarse en la puerta de otras vidas esperando que nos inviten a pasar... o quedarse sentado en medio de nuestras propias vidas suplicando por dentro que no pasen de largo...

a veces la espera no tiene nada que ver con la paciencia, a veces esperamos porque, sin querer, nos hemos detenido en el silencio, nos hemos congelado en la soledad...

Unknown dijo...

Hi....visitarte me trae la frescura de tus letras...un beso
Eso de las esperas, del quedarse, del tener la mano presionando el pausee..

flacazul dijo...

mira que ahora tengo ganas de desayunar así tna deli, eh!..

la espera, eso de estar en stand by, hasta que punto sirve, hasta que punto vale la pena esperar, apretar el botón y dejar de girar, levantar la aguja y quedarse así, estatuas petrificadas de miedo, no se... por mi parte, no se si ahora quisiera seguir esperando, lo que me queda por esperar.

Anónimo dijo...

che, y porquè no me has dicho que vaya a desayunar con vos?
jajajaja

no... y bueno, hay gente que degusta de observar como el pan se vuelve verde, pero hay otra gente que disfuta sola lo que tiene y se come hasta la ùltima miga sin esperar a nadie, es màs prefiere que no aparezca nadie para que le quede màs a ella. Hay otra gente qeu le da su comida a los pobres, hay otra gente que de noche recoge amantes par tener compañìa en el desayuno, y asi,,,, hay tantas clases de gentes como maneras de desayunar.

Que disfrutes la merienda, sola o acompañada, pero segura de qué clase de gente eres.

bla, bla, bla

gaia56 dijo...

no merece la pena esperar... para desayunar y empezar un nuevo día..
me gusta tu blog

Claudia, hija de Matilde dijo...

a veces la espera se nos impone, la espera y su angustia. Cuando esperamos que retorne alguien a casa por ejemplo, la desazón de no saber qué ha pasado, si estará bien, precisamente sobre eso habla el texto que metí hoy (que coincidencia, no?) en mi blog. Me parece que las mujeres tendemos más a la espera. Cuando yo espero, no puedo hacer otra cosa, más que esperar, es horrible.

Anónimo dijo...

al principio pense

en una cotidiana escena hogareña

pero luego casi me mata la pena


felicidades

Mar dijo...

decididamente fer, tu argumento es el más interesante, pero tb claudia tiene razón cuando la espera implica una impotencia... a veces es el corazón es el que se vuelve polvo. Hola gaia! hola paul! aprovecho para saludaros a todos, que el condón de letras impide explayarse mucho

DINOBAT dijo...

Hola que tal?, interesante tu blog!, pasaré nuevamente, saludos,


JD

Mar dijo...

dinobat, tu blog está interesante... raro hallarte, que bueno que me visites

Anónimo dijo...

Las peores esperas son las que nos provocan las personas que nos importan, aunque si nos hacen esperar tal vez es que nosotros no les importamos lo bastante...y carece entonces de sentido volver a regalar nuestro tiempo en balde.
¿Del 2.002 ? ¿Episodio repetido?
Mar, eres muy valiosa para que nadie seque tus ojos...o los humedezca impunemente.

Mar dijo...

ibero, tienes toda la razón, si algo he aprendido en estos años, es a no quedarme quieta esperando jeje (a no llorar, todavía y quizás, nunca)